La mañana amaneció bastante nublada, no por eso nos privamos de nuestro paseo matutino, desde luego hicimos bien, es lo que tiene el mar, cada día es diferente y tiene su propio encanto.
Al poco de comenzar el paseo una excavadora estaba recomponiendo la playa de los embates de las tormentas de invierno, preparándola para la nueva temporada
Más adelante hay una zona de rocas, en las que debido al oleaje vimos algún pequeño bufón.
También acumulaciones de algas y otros restos que al mar no le gustan y nos los devuelve.
Conforme fue avanzando la mañana las nubes se fueron cerrando, hasta que como era de suponer termino lloviendo, no nos pilló desprevenidos.
Iniciamos el regreso, no por la lluvia sino porque a partir de este punto la costa se hace más complicada, ya habíamos caminado un buen rato y nos dimos por satisfechos.
Pasear bajo la lluvia tiene su encanto, sobre todo para los que como nosotros no la vemos con mucha frecuencia.
Cambia el paisaje ofreciendo a la vuelta un paisaje distinto y por supuesto mas motivos para hacer fotos.
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