Al día siguiente le toco el turno al Barranco de las Salinas, la ventaja es que el recorrido es mayoritariamente al sol. Hacia tanto frío como el día anterior, si no más.
La diferencia entre el sol y la sombra es sorprendente, en las zonas umbrías el hielo puede durar todo el día, en cambio, en las zonas donde da el sol el hielo de las plantas se deshace prácticamente al instante, se puede ver como coincide la linea de la sombra con la del hielo
La idea inicial era llegar hasta las salinas, pero no fue el caso, sobre todo porque al paso al que iba, y parando para hacer fotos, el camino cunde poco y se hizo tarde.
Con paso decidido el resultado hubiera sido el mismo, ya que luego me enteré que aunque el barranco lleva el nombre de las salinas, el camino que va por él no llega hasta ellas, hay que tomarlo un poco mas hacia el este, hacia Vivel.
De todas formas el objetivo del paseo lo cubrimos con creces, disfrutar del campo en una mañana soleada de invierno.
El camino es agradable combinando el paisaje árido típico de esta zona de Teruel y zonas con pinos, rebollos o roble negro, carrascas, algunos pequeños campos abandonados con almendros que le dan mas variedad al paisaje.
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